LA BICICLETA Y EL CIELO
Cuando eres pequeño, tu padre suele
comprarte una bicicleta, aunque para ello le cueste (pedir prestado), eso hoy
día no ocurre, pues te vas a un centro comercial y te la puedes llevar por la
puerta (discretamente o en cómodos plazos al 0 % TAE –ya se vera luego).
*
Aprendes a manejarla –a golpetazos- y
te parece divertido, fácil y esparadrapos. Las niñas no se atrevían pues como
era de cuadro alto, pues ellas ya sabían lo que les podía ocurrir, y no les
parecía ni divertido, ni fácil y sobre todo un “coñazo”.
*
Las niñas solían decir que esperase a mañana,
etc... Excepto aquella prima que era más fuerte de lo normal (la que te pegaba
de pequeño) esa manejaba la bicicleta mejor que los niños.
*
Entonces no existían rodilleras,
coderas, cascos… ni carreteras; nada más que la bici y tú, lo demás era tierra,
cielo, aire…
Si eras muy pequeño
te ponían dos ruedecitas pequeñas, las mismas que estabas loco por quitárselas y
poder caerte a gusto.
*
Una vez que sabias
manejarla y derrapar con caída incluida y doblando el pedal ya habías
conseguido llegar al cielo, lugar que casi siempre estaban los niños cuando
jugaban.
El infierno con el
tiempo fue el colegio, todos los padres querían que los niños entraran pronto y
volver del colegio lo más tarde posible o sea de noche, para algunos padres del
futuro lo interesante eran que no volvieran, que lo adoptaran los maestros.
*
La primera bicicleta no se olvida
nunca, es como el primer beso para una niña, y el primer desengaño para un
niño.
Fue tu compañera de
caída, algunas tan graves que fuiste de cabeza al hospital y nunca mejor dicho
lo de cabeza, a partir de ahí quedas tocado para siempre, es una separación
trágica y muy dura.
*
Cuando pasa el tiempo con los años
–dejas de ser “niño”– y la vas olvidando. Sabes que no puedes olvidarla y que
alguna vez volverá a ti.
Ese día llega, disfrutas como nunca y
vives en el cielo. Se lo quieres contar a la persona que más quieres –una
“niña” –, pero resulta que nunca tuvo bicicleta, no es que fuera muy pobre, entonces
las niñas aprendían cocinitas, costura, etc... por “c……..es” de la “madre”
superiora, que para eso no hay nada más que una.
Entonces decides lo “imposible”, como
quiere que vaya contigo al cielo, le dices que la vas a enseñar a manejarla,
que es muy fácil, que no se preocupe, que ya no es como antes un “coñazo”, pero
ella sabe que si se la pega le ocurrirá lo mismo que de pequeña.
Yo se que le atrae y lo intentaremos,
pues ya no la quiero como una niña, sino mas que a mi mismo.
*
¿Cuál será el final
de esta historia?
Eliges uno de
estos:
· Cariño espérate a
mañana….
· Tengo tantas ganas
de hace cosas que nunca pude, que lo lograremos, como tantas cosas que hemos
intentado juntos.
Para Oliva y todas
las “niñas “que quieren vivir en el cielo.
10 de octubre de
2009
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