sábado, 13 de marzo de 2010

EL CIELO Y LA BICICLETA


LA BICICLETA Y EL CIELO
         Cuando eres pequeño, tu padre suele comprarte una bicicleta, aunque para ello le cueste (pedir prestado), eso hoy día no ocurre, pues te vas a un centro comercial y te la puedes llevar por la puerta (discretamente o en cómodos plazos al 0 % TAE –ya se vera luego).
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         Aprendes a manejarla –a golpetazos- y te parece divertido, fácil y esparadrapos. Las niñas no se atrevían pues como era de cuadro alto, pues ellas ya sabían lo que les podía ocurrir, y no les parecía ni divertido, ni fácil y sobre todo un “coñazo”.
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         Las niñas solían decir que esperase a mañana, etc... Excepto aquella prima que era más fuerte de lo normal (la que te pegaba de pequeño) esa manejaba la bicicleta mejor que los niños.

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         Entonces no existían rodilleras, coderas, cascos… ni carreteras; nada más que la bici y tú, lo demás era tierra, cielo, aire…
Si eras muy pequeño te ponían dos ruedecitas pequeñas, las mismas que estabas loco por quitárselas y poder caerte a gusto.
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Una vez que sabias manejarla y derrapar con caída incluida y doblando el pedal ya habías conseguido llegar al cielo, lugar que casi siempre estaban los niños cuando jugaban.

El infierno con el tiempo fue el colegio, todos los padres querían que los niños entraran pronto y volver del colegio lo más tarde posible o sea de noche, para algunos padres del futuro lo interesante eran que no volvieran, que lo adoptaran los maestros.
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         La primera bicicleta no se olvida nunca, es como el primer beso para una niña, y el primer desengaño para un niño.
Fue tu compañera de caída, algunas tan graves que fuiste de cabeza al hospital y nunca mejor dicho lo de cabeza, a partir de ahí quedas tocado para siempre, es una separación trágica y muy dura.
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         Cuando pasa el tiempo con los años –dejas de ser “niño”– y la vas olvidando. Sabes que no puedes olvidarla y que alguna vez volverá a ti.
         Ese día llega, disfrutas como nunca y vives en el cielo. Se lo quieres contar a la persona que más quieres –una “niña” –, pero resulta que nunca tuvo bicicleta, no es que fuera muy pobre, entonces las niñas aprendían cocinitas, costura, etc... por “c……..es” de la “madre” superiora, que para eso no hay nada más que una.

         Entonces decides lo “imposible”, como quiere que vaya contigo al cielo, le dices que la vas a enseñar a manejarla, que es muy fácil, que no se preocupe, que ya no es como antes un “coñazo”, pero ella sabe que si se la pega le ocurrirá lo mismo que de pequeña.
         Yo se que le atrae y lo intentaremos, pues ya no la quiero como una niña, sino mas que a mi mismo.
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¿Cuál será el final de esta historia?
Eliges uno de estos:
·       Cariño espérate a mañana….
·       Tengo tantas ganas de hace cosas que nunca pude, que lo lograremos, como tantas cosas que hemos intentado juntos.
Para Oliva y todas las “niñas “que quieren vivir en el cielo.
10 de octubre de 2009
 Para mi “niña”

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